15.8.08

Chorreando rojo.

El charco bajo sus pies crecía en tamaño, pero él se negaba a entrar. No quería manchar el alfombrado de su departamento. Casi era la mitad de la media noche. Todo rojo. Cabeza, torso, piernas y ombligo. Bueno no se lo podía ver, pero seguro estaba rojo. Vio dentro de su departamento con el alma pesada. Su vida tenía que salir de ahí, y rápido. No aguantaba más a los vecinos, que además de hacer ruido en las noches, tenían que comerciar barbitúricos. Los de abajo no estaban tan mal. Hacían menos ruido, mientras no estuvieran rodando alguno de sus filmes para gente solitaria. Como él. Pero algún día saldría de allí.

Dejó una huella roja en la alfombra. Compraría un departamento en Santa Fe. No, mejor una casa. No más olores interesantes por debajo de la puerta. No más roedores ahogados en la tina. No más papeles tapices de cebras tapando pintura verde pistache. Cuando tuviera su casa, eso no iba a ocurrir. Tendría inciensos aromáticos. Una persona encargada de limpiar los baños. Y paredes rojas. Maldito color. Lo tenía metido hasta el cogote, literalmente.

Dejó muchas más huellas rojas hasta llegar al baño. Abrió la llave del lavabo. Una casa rápido. Bueno, cuando le dieran el grandioso y mínimo aumento. Todas sus nociones apuntaban a que sería él el que recibiera el aumento. Había estado rajándose la piel del lomo por mucho más tiempo de lo sano. Un turno de medio día, en el sentido textual. Doce horas corridas de trabajo de oficina. Pero valdrían la pena cuando tuviera el aumento. Alzó la vista y se quitó las manos del rostro para ver en el espejo lo que ya había logrado desprenderse de la cara. No mucho. Pero vio algo rojo que sí le gustaría tener en sus manos.

El coche que estaba en ésa estampa, quizá pegada en aquél espejo por algún niño en el pasado, no era precisamente barato, ni el que a él le gustaría tener. Pero era un coche. Decidido. Antes que la casa, tendría el coche. Pero no rojo. Estaba hartándose de él. Y de limpiarse. Tomó la toalla y salió del baño.

2 comentarios:

  1. wow q buen blog, espero no te moleste que te añada a mis links en el mio..
    te encontre via youtube

    saludos! y actualiza

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  2. Esta narración está interesante. Es decir, cautiva, sigues la narrativa para descubrir de qué va ese rojo y hasta donde puede llegar. No dejes que sean abortos. Un abrazo, amigo escritor.

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