2.12.07

Sobreviviendo a la familia

Nos rodean. Están en todas partes y a veces nunca se aparecen. Los amamos y los odiamos. No podemos vivir con ellos, pero tampoco sin ellos. No, no son los paradójicos mosquitos verdes benéficos de Botswana. Son simplemente tu familia. Aquí están algunas recomendaciones para sobrevivir a ella.

Tipo de Familia: Ying-Yang
Situación: La ley del más fuerte.
Frase característica: “Porque lo mando yo”
Es la batalla de poder en el hogar. El típico de saber quién puede más. Te prohíben algo, tú los desobedeces. Te castigan, no lo cumples. Te regañan, les respondes.

Puede tener dos causas esto. Una puede ser que realmente sean injustos contigo (todos somos humanos). Si ésa es la razón, lo más seguro es que con una plática abierta y sobre todo calmada, muy calmada, entren en razón. Si no funciona, puedes, con discreción y respeto, acudir a otro familiar cercano que te ayude a equilibrar las cosas.

Ahora que, aunque tú creas que son injustos, hay una posibilidad de que no lo estén siendo. Acéptalo. Debe haber algo que puede que hayas hecho mal (todos somos humanos). Si este fuera el caso, todo es cuestión de actitud. Si te portas arrogante y desobediente, jamás vas a solucionar nada (ciertamente, en muchos sentidos sí son más fuertes que tú). Si aceptas tu error y hablas como una persona madura y consciente de sus fallas, puede que hasta salgas mejor parada.


Tipo de Familia: Comunista
Situación: Invasión de territorio personal
Frase característica: “¡Salte de mi cuarto!”
Todos necesitamos espacio personal. Todos necesitamos intimidad. Todos hemos sido invadidos alguna vez por entes familiares. A veces lo hacen por molestar, a veces lo hacen por metiches y a veces por despistados o porque parecen no tener nada mejor que hacer.

Lo primero que hay que hacer en estos casos es no perder la calma. Si alguna ves has visto a un mandril defender su territorio, es exactamente lo que no debes hacer (no se ve muy civilizado que digamos). Pero hay que hacer hincapié en que hay cosas privadas que nadie debería de ver. Un artículo personal es el que lo usa una persona: diarios, cepillos de dientes, ropa interior… Un lugar personal es el que necesitas para estar a gusto o concentrada. Con estos límites fijados, por lo menos pintas tu raya. Por cierto, entre menos caso les hagas a los invasores, menos les importa invadirte (es raro, pero piénsalo, así son ellos).

Ahora que también puede que estés exagerando. Sí puedes contarle cosas a tus papás de tu novio (no todo obviamente, pero algo seleccionado sí), sí puedes prestar un suéter (si te lo piden), sí puedes dejar que entren a tu cuarto a aspirar (pero no cuando estás haciendo algoritmos). Deja que te conozcan un poco, pero también guarda lo que necesites para estar cómoda.


Tipo de Familia: Calabozos y Dragones
Situación: Arresto domiciliario por castigo
Frase característica: “Hasta que sea tú casa serán tus reglas”
Ya te fregaron. Ahora si no habrá ni fiesta, ni antro, ni cine, ni café. Es más, ni siquiera te dejan ir a la biblioteca a estudiar. Y todo por algo que hiciste.

Esta situación no tiene una solución real, si es justo el castigo (si no crees que lo sea, regresa a la situación de “La ley del más fuerte”). Si te lo mereces, no hay vuelta de hoja, pero aún hay esperanza (no de que te descastiguen).

La recomendación es que cumplas el castigo con buena cara. Es de las cosas más difíciles que existen, pero vale la pena. Si tienes éxito, tan pronto acabe el suplicio tus derechos te serán restituidos. Y se sorprenderán tanto tus carceleros, que lo pensarán dos veces antes de volver a castigarte (“es que no es algo que le cueste”) y mientras piensan su nueva tortura, tú puedes seguir haciendo de las tuyas (esto último es broma, siempre que te portes mal, ellos intentarán hallar una forma de que aprendas a no volverlo a hacer, es algo así como una regla general).


Tipo de Familia: Machina
Situación: Falta de ayuda en situaciones molestas
Frase característica: “Aguántate, no le hagas caso”
Típico que los hermanos o primos o tíos locos te molestan de broma y les da muchísima risa. Y por más que volteas a tu alrededor no ves a tu salvador.

En caso de que las molestias tengan menos años que tú, puedes seguirles el juego. El chiste está en que se diviertan un rato (y muy probablemente tú también lo hagas si lo haces en plan de burla), pero cuando las cosas te dejen de gustar pongas tu cara más seria y aburrida y los dejes de pelar por completo. Es una técnica apaga-sonrisas, pero funciona. Cada vez puedes ir reduciendo el tiempo de “jueguitos” y aumentando el de la seriedad hasta que aprendan.

En caso de adultos o jóvenes que siguen más inmaduros que una guayaba verde, el truco está en la madurez tuya. Si tu te portas como una persona decente cada vez que lo hagan, en algún momento (preferentemente que estén ante más gente) se sentirán muy pequeños, diminutos. Se darán cuenta de quién es él que vale la pena después de todo.


Tipo de Familia: Austera
Situación: Prohibición de compra de artículos queridos
Frase característica: “¿Pero para qué quieres tantos zapatos?”
Tú dices que necesitas cosas. La cosa es ver si realmente son necesarias en tu vida.

Hay lujos y necesidades. Aquí la sinceridad juega un papel total en el problema. Si analizas que sin aquella cosa, puede que seas un poco menos práctica en tu vida o te veas un poco peor o realmente no tengas zapatos (literalmente), entonces debes dar las razones por las cuales crees que es “necesaria” y convencer en qué te sirve.

Si es meramente un lujo, puede que esperes a que te hagan un regalo o simplemente cómpralo tú. Las cosas ganadas saben más condimentadas que las que son regaladas. Inténtalo con algo chico. Puedes ganar dinero lavando el coche y comprarte el chocolate que te gusta. Te sabrá por lo menos diez veces mejor que uno regalado.


Tipo de Familia: La que nadie debería tener
Situaciones Graves:
Violaciones
Maltrato físico
Maltrato psicológico
Abandono
No es raro que pase, pero sí es raro que la gente se atreva a denunciarlo (no solamente a la policía, sino a cualquier otra persona). Puede ser que te haya pasado a ti o a tu amiga. Nunca son culpa de las víctimas, jamás. Pero el que se repitan sí lo es. Estos problemas deben ser tratados con valentía de contárselos a alguien que te pueda ayudar. Y cuanto antes mejor. El secreto es el mejor amigo de un familiar abusador o golpeador o negligente. Casi siempre cuando salen a la luz todos estos problemas, el malo (o la mala) pone la cola entre las patas. Así es, son más miedosos de lo que crees de que la gente se entere, probablemente es a la que más le tengan miedo en el mundo(¿o si no por qué siempre dicen “no le digas a nadie”?). La recomendación es buscar ayuda con un especialista.

Sea cual sea el tipo de familia que tengas, es tuya y solamente tuya. Y si crees que no es perfecta, estás en lo cierto. Ninguna persona y ninguna familia es perfecta. Pero te aseguro que por algo tienes la familia que tienes, depende de ti que la aproveches al máximo y le saques lo bueno. Si lo intentas, mejorararás tú como persona o harás que las personas en tu familia mejoren contigo.

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