5.8.08

El General tiene quien escriba de él

Este escrito buscará abordar desde otra perspectiva algunas de las facetas que el Expresidente Lázaro Cárdenas dio a nuestro país.

Pasando por su personalidad excéntrica y paradójica, dando referencias de su política agraria, sus incentivos a la educación y terminando con su relación medio enfermiza con los Estados Unidos, Cárdenas da mucho para hablar, a más de 60 años de que haya dejado la banda presidencial.

El ensayo intentará buscar hechos que no se puedan encontrar de manera fácil, y de ahí sacar conclusiones, tal vez apresuradas por su corta extensión y tiempo de realización, pero sí interesantes y lo más fundamentadas que se pueda.


El General del Pueblo

"Estoy convencido (...) por mi experiencia como gobernador de Michoacán, que no basta la buena intención del mandatario (...) es indispensable el factor colectivo que representan los trabajadores (...) Al pueblo de México ya no lo sugestionan las frases huecas: libertad de conciencia (...) libertad económica(...)". Lázaro Cárdenas del Río

“Indio”.
Se identificaba con los indios tarascos, sin embargo tenía muy poco de esto. Pero esto daba a entender que tenía en las venas la ansiedad del nacionalismo, una especie de doctrina Monroe tropicalizada, “México para los mexicanos”.

“Revolucionario”.
Salió de las filas de la revolución, ascendido por su capacidad de escribir y su buena letra. Pero lo que más le ayudó fue su capacidad de relacionarse y estar en el momento indicado con los medios precisos. Éste fue el secreto que le valió su poderío.

Aguanto, pero no me dejo.
Cárdenas recibió muchas “humillaciones” antes de estar en la silla presidencial por parte de sus jefes de aquél entonces. Sin embargo tuvo luego el arrojo después de desligarse de sus “amos políticos”. Gracias a aguantar tanto logró hacer el cambio del sistema del caudillismo al presidencialismo.

“… he de conquistar la fama.”
Sus humildes orígenes lo impulsaron, como suele ser normal en gente que tiene que esforzarse para salir adelante, a perseguir ideales más grandes. Sólo Dios, existente o no para él, sabe si Cárdenas se imaginaba ser la figura que llegó a ser.

Mañoso y sano.
Se levantaba muy temprano y nadaba con agua helada. Trabajaba diez o doce horas al día. Odiaba el tabaco. Casi nunca tomaba alcohol. Al parecer se ponía a sí mismo un estándar y tenía que llegar a él. Tal vez trajo éstas costumbres de sus tiempos militares, tal vez era su carácter por naturaleza.

Eres mi amigo pero…
Tanto en sus relaciones políticas, como en sus relaciones personales, Cárdenas tenía una paradoja siempre: protegía a algunos, pero les prohibía cosas, ayudaba a muchos, pero consentía más a pocos, castigaba y premiaba. Se puede decir que era convenenciero, pero con una sagacidad tal que era imperceptible. Un ejemplo claro está en todo el tema de la Reforma Agraria.


Los Señores del Campo

"Por el hecho de solicitar ejidos, el campesino rompe su liga económica con el patrón, y es estas condiciones, el papel del ejido no es el de producir el complemento económico de un salario (...) sino que el ejido, por su extensión, calidad y sistema de explotación debe bastar para la liberación económica absoluta del trabajador, creando un nuevo sistema económico-agrícola, en un todo diferente al régimen anterior (...) para sustituir al régimen de los asalariados del campo y liquidar el capitalismo agrario de la República"., Lázaro Cárdenas

Como buen seguidor de los ideales revolucionarios, Cárdenas llevó a cabo una de las metas que Emiliano Zapata quería lograr en la Revolución, pero probablemente por otras razones que las del hombre del bigote tupido. La izquierda le influía de parte de su padre ideológico, Francisco J. Múgica, por lo que el ideal de que “la tierra es de quien la trabaja¨ no estaba peleada con la moda que adoptó.

Las cifras varían dependiendo la fuente (17 millones, 18 millones de ha), pero al parecer fue la más grande repartición de tierras en la historia de México. Aunque resaltan algunos detalles de ésta como el que sólo fue dada a una pequeña porción de un millón de campesinos de un total de once que vivían en México, o que le perdonó la expropiación a algunos poderosillos amigos suyos. También hay que apuntar la mala indemnización de las tierras de sus conacionales contra la millonaria de las tierras que fueron expropiadas de los estadounidenses.

Lo que hizo con estas tierras fue volverlas ejidos. Esto pretendía copiar un poco los modelos ruso y chino, inclusive parecido a lo que sería un kibbutz israelí. Un ejido se basaba en una dotación de tierra “entregada” a un grupo de gente para que la trabajase hasta volverla autosuficiente. No se podía vender, sólo heredar. Así se poblaron lugares prácticamente inhabitados y se crearon pueblos de la nada.

Tenía una especie de autoridad que la regía internamente, la Comisaría Ejidal, algo como un ayuntamiento/regencia/cámara que representaba a los del ejido ante el gobierno.

Por otra parte, se creó el Banco Nacional de Crédito Ejidal, que les ayudaba a solventar las deudas. Con esto se buscaba de nuevo, la autosuficiencia. Por su parte, los pequeños y medianos terratenientes también tenían su ayuda por el Banco Nacional de Crédito Agrícola, con similares características del Ejidal fundado por Calles. Pero llegó muy lejos el ideal de autosuficiencia. Los ejidatarios y campesinos, al saber que tenían el dinero y el derecho para producir sólo lo que comieran, se quedaron casi todos en ése nivel (con la excepción de algunas zonas como La Laguna).

Los latifundistas, que aún había en gran calidad y poca cantidad, no les gustaba esto de no tener ganancias. Sin embargo nada podían hacer contra las Reservas Campesinas. Éstas eran destacamentos de campesinos armados que dependían directamente del gobierno por medio del ejército.

Entonces cada ejido tenía su autonomía territorial (al no poderse vender ni comprar), sus propios insumos, su pequeño gobierno (Comisaría Ejidal), su financiamiento (Banco de Crédito) y su pequeño ejército (Reserva Campesina). Pudiendo ser esto el comienzo de una era estilo “Los Señores de la Guerra”, Cárdenas optó por la unificación.

El General creó la Confederación Nacional Campesina, en la cual al comenzar se representaba a casi tres millones de campesinos, casi la mitad de los que existían en la república, en el poco poderoso PRM, en lo que se convirtió el PNR. Así fue como logró una sinergia, al menos en control, del sistema frankesteniano que había creado.

Por último, todas estas reformas incluían un sistema educativo que diera formación a técnicos especializados en agricultura y administración del campo, cada núcleo ejidal contaba con escuelas de este tipo, siendo una parte de las políticas educativas que lanzó el Expresidente Cárdenas del Río.

Inglés y Computación

De acuerdo con documentos del Archivo General de la Nación (búsqueda por catálogo, antigua búsqueda Argena), el entonces presidente Cárdenas decidió que:

“- La educación que se impartirá será socialista y además excluirá toda doctrina religiosa; se combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo cual la escuela organizará sus enseñanzas y actividades de forma que le permitirá crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo y de la vida social.
- La formación de los planes, programas y métodos de enseñanza corresponderá al Estado.
- La educación primaria será obligatoria y el Estado la impartirá gratuitamente.
- Se crearán escuelas especiales en las ciudades para los obreros, y en el campo, diversos cursos para enseñar a los campesinos los métodos agrícolas modernos.”

Lo anterior lo da muy de manera general. Pero en sí se fomentó este tipo de educación básica. En el ámbito profesional se crearon nuevos lugares de enseñanza para contrarrestar la autonomía recién obtenida de la UNAM. La Universidad Obrera de México, el Consejo Nacional de Educación Superior, el Instituto Politécnico Nacional, el Instituto Nacional de Antropología e Historia y la Casa de España. Así que el impulso de la educación se extendió en varios ámbitos, además de varios estados.

Pero un rubro que muchas veces no se toma en cuenta al mencionarse estos impulsos es el sector salud. Los pasantes de medicina ahora eran llevados a provincia. Instituciones como la Escuela de Medicina de la UNAM y el Hospital General recibieron grandes apoyos económicos para investigación, entre otras cosas de alergias, y especialización del personal. Se realizaron campañas de vacunación y de higiene junto con cursos y pláticas para niños y ancianos. Se dio buen mantenimiento a hospitales, leprosarios, clínicas y asilos.

No cabe duda que esto fue en gran parte ayudado por el número de médicos españoles que llegó al país, gracias a la Guerra Civil y a las extrañas políticas exteriores de Cárdenas.

Pégame, pero no me dejes

"Si los Estados Unidos exigen de México una colaboración en materia militar, política, internacional, y en materia de defensa, tengamos la habilidad suficiente para obtener el mayor número posible de ventajas para México. La medida en que cooperemos con Estados Unidos debe ser a cambio de una ventaja. Se debe establecer la cooperación sobre la única base que existe, sobre la base de reciprocidad". General Rafael Sánchez Tapia

Estados Unidos necesitaba de un aliado cercano. Acababa de salir de la Gran Depresión e iba a entrar a la Segunda Guerra Mundial. Y quería tener a México agarrado por el cuello. El gobierno de Estados Unidos estaba enojado en ésa década: ya no compraba plata mexicana, rompió los acuerdos comerciales, impidió la venta del petróleo después de la expropiación, negó cualquier tipo de crédito estatal para México y exigió la compensación de los bienes americanos dañados durante la revolución mexicana.

Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial ya mencionada, llevó a México a preocuparse más por su vecino que por los Europeos. Era “inevitable” la entrada de Estados Unidos a la Guerra y la ubicación geopolítica y económica de México era importante para que la guerra no durara mucho, o acabara un poco mejor. El ser neutral, como en teoría debemos ser, no nos servía ni le servía a nadie. Si apoyábamos a los Estados Unidos, limábamos todas las asperezas de deudas, expropiaciones y comercio (¡haríamos nuestro Agosto en exportación de materias primas!).

Francisco Castillo Nájera, embajador mexicano en Estados Unidos le declaró nuestro apoyo al Subsecretario de Estado Summer Welles. Por otro lado, en una reunión en La Habana (¡¡¿¿!!??), el Secretario de Relaciones Exteriores Hay dijo que México estaba amenazado con ser víctima de la economía y las trampas mercadológicas nazis, por lo tanto “debía” apoyar a Estados Unidos.’

En Estados Unidos empezó una campaña sistemática de prensa:

"There are numerous indications that German agents are active in the capital [México, D.F.]", Revista Foreign Affairs

"German espionage in Mexico, in South America, and indirectly in the US, is under the direction of Arthur Dietrich, press attache [sic] of the German legation. From his office flows a constant stream of money and propaganda. Newspapers or magazines are subsidized. Writers are paid for obligue attacks on the US." Daily News

Dietrich era el "individuo sin educación ni escrúpulos, pero sumamente astuto", y supuestamente vigilaba a los miembros de la comunidad alemana respecto de su lealtad al Tercer Reich. Era el jefe de “La Quinta Columna” alemana, de la que en teoría formaban parte los supuestos espías. Lo que sí se sabe es que era jefe de propaganda de Alemania en México, tenía contactos con la prensa y tenía presupuesto para colocar anuncios de empresas alemanas, y fue famoso por dar dinero a diputados y partidos.

Dietrich fue “suspendido” por autoridades alemanas a petición del Secretario de Relaciones Exteriores mexicano. Pero esto no le importó mucho a Alemania por dentro. Sólo había 6,000 alemanes en la nación mexicana de 20 millones de habitantes. Pero por otro lado, Estados Unidos tenía razón y no. El “traidor” existía, pero era americano.

Eso es porque uno de los temas (que bien no debería ser el principal de este capítulo, pero lo es) es el del problema del petróleo y su expropiación.

El Reino Unido tenía más propiedades petroleras en México, claro un 80% no es poco. Pero Estados Unidos boicoteó igual el petróleo, oficialmente (las empresas Exxon, Texaco, Gulf, Móvil, Chevron, Shell y British Petroleum eran las “Siete Hermanas” del complot, en las que denotan las americanas en cantidad, más no en calidad).

Entonces salió el señor William Rodhes Davis, un petrolero tejano y su pequeña empresa Davis Oil. Él canalizaba por medio del First National Bank of Boston los recursos de algunos de los compradores del petróleo mexicano: Werner y Karl von Clemm, cualquier parecido fonético con nombres alemanes no es coincidencia. Otros amigos y colegas de Davis incluían a John L. Lewis, el poderoso líder obrero, Gerard Meier, vicecónsul nazi que vivía en Cuernavaca, y Alejandro Carrillo, un íntimo allegado a Cárdenas.

Con éste último hizo la primera venta a Alemania, en 1938, sólo un mes después de la expropiación, por 17 millones de dólares. Duró más de un año en la “clandestinidad” de este negocio.

Recapitulando: por un lado el gobierno norteamericano atacaba a México de supuestas trabas amistosas con Alemania, por las que negaban rotundamente los diplomáticos mexicanos, mientras que por otro lado, un norteamericano pactaba con alemanes y mexicanos para hacer negocios.

Este tipo de relación amor-odio-MX-EUU ha sido siempre, y al parecer seguirá siendo, así.

Conclusiones

Puede que ningún presidente haya sido tan deificado como este en México, pero también es porque él mismo se esforzó porque los mexicanos lo hiciéramos.

El país avanzó y se rezagó, pero probablemente si hubiera sido el presidente en nuestros tiempos hubiéramos salidos bien librados.

Fue el inicio de un sistema político que apenas estaba cuajando, por eso debemos buscar en la historia, no sólo de Lázaro Cárdenas, sino de los demás presidentes, para poder vislumbrar en nuestro futuro qué es lo que no debemos hacer y lo que hay que llevar a cambo.

Bibliografía
Ayala Anguniano, Armando. La epopeya de México, Vol. II, México, FCE, 2005.
Krauze, Enrique. Lázaro Cárdenas: general misionero. México, FCE. 1987.
Medin, Tzvi. Ideología y Praxis de Lázaro Cárdenas. México, Siglo XXI. 1977.
Acervo General de la Nación, Búsqueda Argena (web) III, 2007, archivos del siglo XX.

No hay comentarios:

Publicar un comentario