19.4.10

Mi síndrome de Estocolmo

Mis amigos suecos, tanto los del trabajo, como los de la escuela, o los que he conocido en fiestas, son de toda clase de personas. Sí hay uno que otro rudo, pero también existen los que son tan buenos como panes. A veces uno comete el mismo error de estereotiparlos, igual que nos estereotipan mal a nosotros ("a los que nos visualizan mugrosos, rodeados de moscas, mal olientes, prostitutas, corrupción, bandidos, drogadictos y todo lo que ustedes quieran"). Aunque por ningún motivo niego que he conocido a bastantes svennebananer.

Los extranjeros hemos contribuído mucho a este país, pero también han sido los que han desangrado más al sistema sueco en general: abusando del "bidrag". Es increíble la cantidad de tailandeses, paquistanís, turcos, chilenos, chinos, iranís y demás nacionalidades que vienen aquí simplemente para estudiar gratis en la escuela y obtener dinero fácil del gobierno. (*No estoy hablando de refugiados, ojo). ¿Cómo puedo hacer semejante afrimación? Porque a pesar de haber vivido por más de un año, dos, tres o cinco en otro país, no les interesa aprender el idioma o unirse a las costumbres suecas. Y los suecos tienen, parcialmente, una noción "protectiva" de su sistema. Así que se bloquean de toda relación con el extranjero: "si no le importa mi país, no tiene porque importarme él a mí".

¿Cuál ha sido el parteaguas en mis relaciones con los suecos? El mostrar un interés por su cultura. No en su sistema. Cuando se enteran de que juego innebandy cada jueves, o de que desayuno pan con Kalles, o cuando me escuchan carraspear terriblemente un "hur är läget" para saludar, es cuando las barreras de su "proteccionismo nacionalista" se derrumban.

En México pecamos de lo mismo. Aunque la mayoría de la gente diga que los latinos somos mucho más "abiertos", esto sólo es en un plano superficial. No llega a mi memoria el haber conocido a algún mexicano que tenga extranjeros más allá de su lista de "cuates". Así que para hacer amigos verdaderos con el inmigrante, somos igual o peores.

Yo llevo muy poco tiempo aquí. Menos de un año. Que quede claro que amo el haber nacido en México, y el tener cultura mexicana. Jamás la cambiaría por nada del mundo. Por nada. Mis razones para no querer vivir allá, en este momento de mi vida, son complicadas. Pero, intentando resumir, mi estilo de vida "ideal" es mucho más parecido a el que se tiene aquí (austero, simple, tranquilo), que al que tenía en México. A pesar de "haber sacrificado" un estatus social, lugares más amplios para vivir, mejor clima, lujos más baratos y el tamal de cada mañana, me siento mucho más tranquilo y realizado en Suecia. Y gran parte de esto, es por los suecos.

Yo llevo muy poco tiempo aquí. Menos de un año. Aún así, mi estilo de vida ideal es mucho más cercano a el que se tiene aquí, que al que tenía en México. A pesar de "sacrificar" un estatus social, lugares más amplios para vivir, más variedad de comida y lujos más baratos, me siento mucho más tranquilo y realizado. Y en parte es por los suecos.

Mis amigos suecos, tanto los del trabajo, como los de la escuela, o los que he conocido en fiestas, son de toda clase de personas. Sí hay uno que otro rudo, pero también los hay buenos como panes. Cometes el mismo error (como Swedenson) de estereotiparlos, igual que nos estereotipan mal a nosotros ("a los que nos visualizan mugrosos, rodeados de moscas, mal olientes, prostitutas, corrupción, bandidos, drogadictos y todo lo que ustedes quieran").

Así que, por lo mismo que dices que los extranjeros hemos contribuído mucho a este país (en lo cuál estoy 100% de acuerdo), también han sido los que han desangrado más al sistema sueco en general: utilizando el "bidrag" que mencionas. No sabes la cantidad de tailandeses, paquistanís, turcos,  

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